Hace unas semanas se realizó en Santiago, la reunión del comité Ejecutivo de la Unió Internacional de Gas (IGU). Una organización independiente y sin fines de lucro que representa el 97% del mercado global del gas natural, a través de más de 90 países.
Esta cita que por primera vez se realizó en Chile y que fue organizada por la Asociación de Empresas de Gas Natural (AGN), contó con la participación del presidente del grupo de estudio de este combustible para el transporte de la IGU, Diego Goldin.

Para el experto “no parece lógico cobrarle más impuestos al gas que al diésel o la gasolina. En el mundo en general es a la inversa, ya que es un combustible más limpio que genera beneficios ambientales y sociales a la población”.

-¿Cuál es el estado de la situación del uso del gas para el transporte?
-Si se refiere al contexto global, el uso de gas natural en el transporte ha experimentado un aumento sostenido en los últimos años. Este aumento se está dando tanto en el transporte de pasajeros, en el de cargas, y más recientemente, pero muy rápidamente, en el sector naval. Todavía el volumen de gas utilizado es relativamente bajo (3% del total global), pero se espera se cuadruplique en los próximos años.

-¿Cuál es el estado de avance de la región en la incorporación de este combustible frente al mundo?
-Sudamérica es una de las regiones de mayor desarrollo en el uso de gas para el transporte. Argentina y Brasil superan el millón y medio de vehículos a gas cada uno. Colombia lleva la delantera en el uso del GNC en el transporte público y Bolivia y Perú también tienen programas bien desarrollados.

-¿Y en Chile?
-Lamentablemente Chile no se ha decidido a avanzar en esta industria y posee restricciones regulatorias y fiscales que han frenado el desarrollo. Es una lástima, ya que podría ser una excelente respuesta a los problemas de calidad del aire en ciudades como Santiago.
En los últimos años los promotores de la electro movilidad han sido muy agresivos en sus estrategias para posicionar esa tecnología, y al menos en Chile, les ha dado resultados en temas como el Transantiago.

-¿Cómo está la competencia con esta tecnología?
-Es una discusión que se está dando en todo el mundo. La electro movilidad puede ser una opción en el sector de vehículos particulares y siempre y cuando se posea una generación de electricidad limpia. De nada sirve poner un vehículo eléctrico en la carretera si se genera la electricidad a carbón, o con otros combustibles fósiles… en plantas no eficientes.
La electro movilidad ha sido bien vendida, argumentando que es cero emisiones, pero esto no es cierto, ya que además de la contaminación emitida durante la generación de la electro movilidad, se deben computar las emisiones y pasivos ambientales de la minería de litio, de cobalto, y demás, y de la fabricación y eliminación de baterías. No hay hoy en día,  mercados secundarios y terciarios  de baterías usadas, por lo que una vez retiradas de los vehículos, queda solamente su eliminación, que generan un gran pasivo ambiental que no se está computando.

-En el tema regulatorio ¿Qué cambios legales se han impulsado en otros países para fomentar esta u otra tecnologías más limpias que el petróleo?
-Sería importante que el tratamiento fiscal sobre el GNC y GNL, no penalizara su uso. No parece lógico cobrarle más impuesto al gas que al diésel o a la gasolina. En el mundo en general es a la inversa, ya que es un combustible más limpio, que genera beneficios ambientales y sociales a la población. Argentina y Colombia son una vez más ejemplos cercanos. Otro cambio regulatorio que promovería el uso del gas en el transporte sería la habilitación de la gasificación para los automóviles particulares.

-¿Cómo se ha manejado el tema impositivo?
-En Chile, las empresas del sector han estado tratando de empujar una modificación para corregir el impuesto específico, que lo hace menos atractivo frente al petróleo.

-¿Cómo se ha solucionado esto en otros países?
-Como dije antes, esto no se hace en otros países, los impuestos son de igual magnitud (en porcentaje sobre el costo del combustible) o incluso menores. En varias cosas, los combustibles derivados del petróleo pagan más impuestos debido a su mayor intensidad de carbono.

-¿Qué tan relevante es el tema impositivo para fomentar el consumo?
-Muy relevante. Ya que por medio de impuestos el Estado puede frenar o promover un proyecto, fácilmente. Un tratamiento justo y coherente no solo le otorgaría al uso del gas un retorno interesante, si no que le enviaríamos una señal importante a la población, que sería una clara señal de apoyo a la gasificación del transporte.
El beneficio para el Estado es grande desde varios aspectos. Por un lado se reducirían sensiblemente los costos en salud, por la menor contaminación del aire. (Corea determinó que en los primeros 8 años de su gasificación de los buses, el estado ahorró 2 mil millones de dólares en gastos de salud). Y por otro lado, al ser un combustible más barato, la gasificación trae una reducción de costos del transporte de carga y de personas. Este bajo costo se traslada a la población, y el ahorro se traduce en mayor actividad económica.

Fuente: Diario Financiero.